Los pensamientos están íntimamente ligados a los problemas. Una mente sana, concebirá la vida de una manera distinta a la concepción que tiene una persona con pensamientos derrotistas que, aun cuando todo alrededor brille, sentirá que luce ensombrecido. Por ese motivo, antes de entrar a analizar cuál es el fundamento de los problemas que, en general llevan a alguien a buscar consejería, nos enfocaremos en estudiar la influencia de la forma como pensamos.
Para tener una aproximación, leamos la enseñanza del Señor Jesús que aplica a todos nosotros:
Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.»(Marcos 7: 21-23 | RV 60)
El mensaje es claro y sencillo: Usted y yo reflejamos, en lo que hacemos, el cúmulo de información—pensamientos—que anidamos en la mente. Lea cuidadosamente el pasaje. Comprobará, tras hacerlo, que cuanto concebimos y obramos, se madura en la dimensión mental y, es esa esfera, la que debemos reprogramar con fundamento en lo que enseñan las Escrituras.
Le invitamos a leer Proverbios 4:23. ¿Qué podemos aprender del texto? ¿Cómo aplica al manejo de nuestros pensamientos?
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Si hacemos una evaluación de todos los pensamientos que permitimos diariamente, encontraremos que puede haber una inclinación a la fe, a la confianza, a la esperanza y—en otros casos–, pensamientos derrotistas que se afincan en el fracaso, que miran siempre al ayer y temen al presente y al mañana porque temen que todo terminará mal.
El rey Salomón lo enseñó siglos antes al escribir:
Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.»(Proverbios 14:12 | RV 60)
Una es nuestra concepción y otra la realidad. En ese orden de ideas, nuestros pensamientos pueden llevarnos a creer algo que dista kilómetros de lo que en efecto está ocurriendo u ocurrirá.
¿De qué manera y teniendo como fundamento Proverbios 21:2, podemos encontrar guía para una forma apropiada de pensar?
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¿Qué nos enseñan las Escrituras en cuanto a revisar nuestros pensamientos? Encontrará la respuesta en Proverbios 4: 26.
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CAMBIAR NUESTROS PENSAMIENTOS, CAMBIAR LA VIDA
Cuando nuestros pensamientos son equivocados, nos transforman en hombres y mujeres fracasados, sin oportunidades. Contaminan nuestra mente. Lo que otros ven como una oportunidad, quizá podamos mirarlo desde la perspectiva de los problemas. De ahí que el Padre haga la siguiente recomendación:
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.» (Isaías 55:7 | RV 60)
Cuando una persona viene en procura de acompañamiento, es pertinente hacerle caer en cuenta de la influencia que tienen los pensamientos con nuestra forma de vivir.
Estamos llamados a tener un punto de equilibrio en nuestra vida, fruto de la sanidad interior que obra Dios en cada persona. Una buena recomendación, está contenida en una de las cartas del apóstol Pedro:
Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.»(1 Pedro 1:13-16 | RV 6)
La sobriedad en la Biblia es dominio propio, y ese dominio propio se logra cuando hemos reconsiderado nuestros pensamientos y hemos permitido que las pautas bíblicas que aprendemos, los transformen.
Quizá se pregunte, ¿cuál es la relación de los pensamientos con los problemas? Insistimos, en nuestra concepción sobre lo que ocurre.
Alguien puede considerar que una lluvia torrencial es tremendo problema. Tiene una agenda pendiente, teme llegar tarde, le inquieta el qué dirán si no es puntual y, además, no tiene cómo transportarse rápido. Considera el hecho como un verdadero problema.
Lleve el escenario a otra persona. Igual, tiene una cita. Es urgente. Quien le espera, es alguien difícil que no acepta un retraso. Pero nuestro personaje, concluye: “Este torrencial aguacero no es mi culpa. Adonde voy, también está lloviendo. Quien espera, deberá comprender”. Desde su perspectiva, no es un problema. Es una situación que amerita encarar.
En la Biblia leemos: «En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma.» (Salmos 94:19 | RV 60)
Dios transforma nuestra concepción de los hechos que ocurren a diario. Cuando se produce la sanidad interior, Él nos lleva a tener una perspectiva apropiada de cada situación y no agigantar los pequeños incidentes. Todo es asunto de perspectiva, que en muchos casos como comprobaremos con quienes vienen a consultarnos en las sesiones de Consejería Pastoral, es la situación que acompaña a las personas que consideran tener problemas.
MIRAR LOS PROBLEMAS EN SU VERDADERA DIMENSIÓN
Si entendemos que los problemas existen porque desde nuestra perspectiva los consideramos gigantes sin quien pueda enfrentarlos, es necesario que aprendamos a mirar las cosas objetivamente.
Hay una lectura que resultará muy edificante. Se encuentra en 1 Samuel 17: 1-58. Le invitamos a leer el pasaje despacio, poniendo toda su atención en el texto. ¿Cuál fue la apreciación que tuvo David de Goliat, a quien todos consideraban un problema mayúsculo? ¿Qué nos enseña la Escritura para ponerla en práctica?
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Permítanos aquí hacer un paréntesis: como Consejero Pastoral usted no está llamado a señalarle al aconsejado que todo cuanto hace es consecuencia del pecado. Conforme avanza en el proceso, él o ella deben descubrirlo y tomar conciencia de su estado. Ese será un primer paso en el camino hacia el cambio.
En medio de los diálogos que sostenga, es importante que vaya tomando nota de las experiencias que pudo tener el aconsejado durante la niñez, la adolescencia, la juventud y la adultez. Probablemente marcaron su existencia y ahora se están reflejando en su forma de vida.
Ahora bien, una persona puede considerar que tiene problemas cuando alguna de sus necesidades básicas no está satisfecha. ¿Recuerda cuáles son?
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Para recodar los fundamentos de estos dos elementos, le recomendamos leer de nuevo la Lección 1 «¿Cuál es la meta de la Consejería Pastoral?».
Aquí juegan un papel preponderante las motivaciones. ¿Para qué quiero satisfacer esta necesidad? ¿Cómo lo hago? Esa es en esencia la motivación, es decir, el medio que utilizamos para satisfacer la necesidad.
Insistimos en algo que debemos tener en cuenta durante el ejercicio de la Consejería Pastoral: ni nuestra felicidad—que es un estado emocional—ni la realización plena, depende de lo que tenemos, de las circunstancias o de cuanto hemos alcanzado. Depende en esencia de Dios quien trae sanidad interior y nos permite el cambio y crecimiento permanentes.
En las Escrituras leemos:
Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.» (Jeremías 2:13 | RV 60)
Apartarnos de Dios es abrirle paso al enemigo para que utilice los hechos traumáticos para destruir nuestra vida, bien se a través de emociones descontroladas o pensamientos intimidantes o paralizantes. Volvernos a Dios, sin embargo, es el paso para experimentar la sanidad interior que necesitamos.
CAUSAS DE LOS PROBLEMAS
Someramente vamos a analizar cuáles son las causas principales de los problemas que nos afectan e impiden nuestro desarrollo como personas, tal como Dios lo dispuso desde antes de la creación del universo. Son tres:
- ______________ inalcanzables.
- ______________ externas.
- ______________ al fracaso.
Cuando se producen uno de estos factores o se conjugan los tres, se desencadenan en el individuo sentimientos de frustración, sensación de culpa, baja autoestima, convicción de fracaso, resentimiento y amargura, entre otras. Quienes atraviesan esta situación, generalmente llegan a sentirse enojados con todo y con todos.
El psicólogo cristiano, Larry Crabb Jr, aporta una visión interesante de esta situación cuando en el libro “El arte de aconsejar bíblicamente”, escribe lo siguiente:
La personalidad humana no fue destinada para operar con culpa, ansiedad o resentimiento. Los obstáculos darán lugar a renovados esfuerzos de conducta, y a su tiempo ocurrirá la crisis. El camino a una neurosis—en palabras sencillas, a una crisis nerviosa–, se puede seguir con facilidad. En algún punto después que la frustración es lo suficientemente fuerte, o ha durado el tiempo suficiente, el individuo dejará de superar el obstáculo.”
Se deja vencer. Permite que lo arrastre la corriente adversa. Su vida se torna un caos. Considera que todo es un problema alrededor. Es un estímulo negativo a rendirse, que prevalece en infinidad de personas que vienen en procura de Consejería.
Quien se encuentra en ese estado, con un mundo interior convulsionado, es más propenso al insomnio, a la gastritis, a las gripes, dolores de cabeza, ulceraciones y enfermedades de la piel, entre otras afectaciones.
Hay tres pasos de una ruta que se deben seguir:
- Reconocer que todo _____________ tiene solución
- Reconocer que en nuestras ______________no podremos lograrlo.
- Permitir que ______________ intervenga.
Es la ruta por la que debemos conducir al aconsejado. Y lo hacemos porque como profesionales en el tema de orientación, descubrimos que han venido culpándose y creen que son responsables de todo lo que les ha acontecido. Es la forma como satanás los ha atormentado siempre. En ese orden de ideas, infinidad de hombres y mujeres se dejan llevar por las circunstancias que han vivido y se privan de la vida renovada y edificante que el Señor ha definido para ellos. Y usted y yo tenemos la responsabilidad de llevarles a descubrir la verdad para que sean libres—Juan 8: 36.
RESPUESTAS A LA LECCIÓN Nro. 4
A continuación, encontrará las palabras o frases que requiere para llenar los espacios en blanco que aparecen en la Lección de hoy:
Mirar los problemas en su verdadera dimensión
1.- Significación
2.- Seguridad
Causa de los problemas
1.- Metas
2.- Circunstancias
3.- Temor
4.- Problema
5.- Fuerzas
6.- Dios
© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial – Misión Edificando Familias Sólidas (Colombia)